Resumen:
Existe una tendencia hacia un mayor uso de los antipsicóticos más nuevos, especialmente la risperidona y la olanzapina. En la actualidad, la industria comercializa a gran escala los antipsicóticos atípicos basándose en sus ventajas aparentes en cuanto a eficacia y a su perfil de efectos adversos. Aunque la risperidona y la olanzapina son aproximadamente diez veces más costosas que los antipsicóticos convencionales, los datos referentes a la calidad de vida y los resultados económicos son difíciles
de interpretar y es muy poco lo que se conoce a partir de estudios que evalúan los resultados de los servicios de salud, el funcionamiento general y la conducta de los pacientes, el compromiso con los servicios y la satisfacción con el tratamiento. Debido a que son los dos antipsicóticos atípicos prescritos más ampliamente, existe la necesidad urgente de examinar críticamente la evidencia disponible.