Resumen:
En el periodo 2009-2014, la incidencia regional de nuevos diagnósticos de VIH presenta una tendencia ligeramente descendente e inferior a la media estatal. La incidencia de casos de sida también es ligeramente descendente. Tanto la infección por VIH como el sida, afectan principalmente a varones (cerca del 80% de los casos), a personas de mediana edad y de procedencia española.
En ambos sexos, la mayoría de los nuevos diagnósticos de infección por VIH son atribuibles a transmisión sexual (cerca del 90%). En los varones, 6 de cada 10 se atribuyen a la transmisión homo/bisexual (7 de cada 10 entre los jóvenes diagnosticados) y 4 de cada 10 a relaciones heterosexuales. En las mujeres el 90% son atribuibles a transmisión heterosexual.
El uso de drogas inyectadas supone un porcentaje pequeño de los casos diagnosticados de VIH (6% globalmente), pero persiste en ellos un elevado grado de coinfección VIH/VHC (71%). La reciente aparición de nuevas terapias más efectivas para el tratamiento de la infección por VHC brinda la oportunidad de mejorar el difícil abordaje terapéutico en estas personas.
La gran mayoría de nuevos diagnósticos de infección por VIH son atribuibles a relaciones sexuales, pero hay que tener en cuenta que el porcentaje de diagnósticos en hombres debidos a relaciones homo/bisexuales es importante, especialmente en el caso de los jóvenes. Por esta razón en la Región urge desarrollar, además de campañas de prevención poblacionales, otras específicas con
mensajes más adaptados a esta realidad.
El Diagnóstico Tardío (DT) sigue representando un problema importante en la Región: en el periodo 2009-2014 el 50% de los casos de nuevo diagnóstico de VIH eran, al diagnóstico, individuos claramente susceptibles de haber iniciado tratamiento antirretroviral. El DT afecta especialmente a individuos de mayor edad y a la transmisión heterosexual: 7 de cada 10 infecciones en mayores de 54 años de edad y 6 de cada 10 infecciones atribuidas a transmisión heterosexual se diagnostican tardíamente.
Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de promocionar y mejorar el acceso a la prueba del VIH (ampliar su realización en la práctica asistencial, y recomendarla no sólo a personas en riesgo aparente de infectarse, extender los puntos de diagnóstico anónimo y la disponibilidad de pruebas rápidas,...). Se estima que cerca de un tercio de
las personas que vive con VIH en España desconoce su estado serológico. Normalizar la prueba beneficiaría a las personas que tienen una baja percepción del riesgo de infección, especialmente a las que mantienen relaciones sexuales no protegidas.